Hoy, hoy hazme tuya. Desgarra mi cuerpo, mi piel y alma.
Penetra en mi mente con la más pura y tierna bestialidad.
Hoy mi amor, dime que me odias y que me detestas,
que no soy más que una copia de mi bizarra realidad.
Hoy, destrúyeme con tus manos y a sangre fría,
sin arrepentimiento, con una daga atraviesa mi corazón.
No dejes testigos, ni siquiera mi propia maldad,
y mucho menos dejes rastro de este calor.
Mañana, viola aquel recuerdo doloroso que fui,
ponte tus pantuflas y observa la televisión.
Destruye aquella plataforma vil y ruin;
pero primero que nada, deshazte de mi imaginación.
Esta tarde, lloraré. Observaré la lluvia caer.
Imitaré mi propia destrucción,
pero sin al climax poder llegar.
Ese clímax, eres tú mi amor.
Tú desgarrándome y gritando
que soy tu culpa bestial.
Creando una visión irreal.
dime que soy tu perdición,
que de mi no quieres ya saber.
Hoy ven y ataca mi corazón
mientras me haces el amor.