Meh.

Quiero gritar.

Descargar todo lo que tengo para decir, desanudar mi garganta. Descansar.
Llorar. Es lo que me queda, pero ni siquiera puedo lograr que mis ojos se humedezcan. ¡Cómo quisiera que supieras tantas cosas!

Y no sé por dónde empezar, ni cómo, ni qué palabras emplear. Ni siquiera sé si sea correcto, moral o permitido.

Pero, ¿Dónde pongo todo eso que siento oprime mi pecho cada que me acuerdo de ti?

Como quisiera que supieras que en este momento las lágrimas se comienzan a agolpar en mis ojos porque no sé que hacer, ni qué pensar, ni cómo actuar, ni qué decir ni qué callar.

Podría correr a tus brazos y fundirme en ti, podría besarte todo el día sin parar. Decirte que te quiero, que me gustas, que me vuelves loca.

Pero no lo hago. Sólo me remito a estar como estúpida pensando en ti, sonriendo al acordarme de tus caricias y temblando al extrañarte.

Te odio porque me haces sentir, te detesto porque me hiciste romper promesas conmigo misma.
Pero me odio más a mí por estar escribiendo esta patética carta a través de una pantalla.

¿Y sabes qué es lo más vergonzoso de este asunto? Que ni siquiera sé si soy correspondida. Já.

Me gusta (s),

Me gusta cuando callas y me gusta cuando hablas.
Amo como ríes y amo como exhalas.
Adoro tus manos y adoro tus gestos.
Me fascina tu cabello y tu acento pintoresco.
Pero lo que más amo de que me guste todo eso, 
es que me hacen sentir completo.


S.

Sin un segundo y con una vida.

Sin un segundo y con una vida, ámame.

Quiero besarte.

Abrazarte.

Estar contigo.

Verte a los ojos, decirte que me gustas, que quiero estar contigo. Que quiero ser la persona
 que complemente tus horas y tus sueños.

Quiero ser tu primer sensación cada mañana, el primer suspiro de tus pensamientos.

Eres el oasis en mi desierto, cada vez que te pienso, existo.

Quiero risas, quiero caricias. Te quiero a ti.

Cumple mis sueños, supera mis realidades. Tócame, eres real.

Abrazados, unidos por esos humos llamados vida.

Bébeme, mátame. Tócame.

Desgárrame, elévame. Bésame.

Ni un minuto y toda la vida, te amo.


Deseos.

Quiero amar.

Quiero amar a aquella persona que me complemente con su cordura, a la vez que con su locura. Quiero amar a esa persona que todos los días me despierte con un beso en la frente, me prepare un té y pase sus dedos suavemente entre mis cabellos.

Quiero admirar. Admirar a esa persona que me cautive con sus ojos, labios y manera de pensar. Observar sus manos, tomarlas y acariciarlas. Sentirlo. Quiero callar y escuchar como las palabras discurrirán de su boca, quiero experimentar escalofríos al escuchar su dulce, cálida pero fuerte voz.

Quiero querer. Querer su salud, su bienestar y su felicidad. Procurarlo.

Tendrá que oler rico todas las mañanas, dejarme dibujos sorpresa en el espejo empañado del baño mientras estoy en la regadera, hacerme hot cakes y ponerles mermelada de zarzamora. ¿Comprarme galletas de chispas de chocolate? Sí. ¡Dulces también!

Alguien que me pase del lado de la pared en las banquetas, que me abra la puerta del auto, que me dé su chamarra sin preguntarme cuando tenga frío.

Quiero despertar, observar y soñar con los ojos abiertos. Soñar a la persona que estaré viendo.

Quiero amar.

A los ojos, un susurro.

Tocaron a la puerta. Ella abrió. De repente, entra él bañado en sudor y muy alterado.
Entró corriendo, azotó la puerta recargándose después en ella.
Golpea su cabeza, exhala. La voltea a ver a los ojos y le dice en casi un susurro:
-Ahí vienen.

...

Overdose.
Quisiera correr, ir a la tienda, comprarte un cartón de cervezas, ir a tu casa, tocar tu timbre y decirte: ¡¿Bebes conmigo, abrazándonos?!