Quiero amar.
Quiero amar a aquella persona que me complemente con su cordura, a la vez que con su locura. Quiero amar a esa persona que todos los días me despierte con un beso en la frente, me prepare un té y pase sus dedos suavemente entre mis cabellos.
Quiero admirar. Admirar a esa persona que me cautive con sus ojos, labios y manera de pensar. Observar sus manos, tomarlas y acariciarlas. Sentirlo. Quiero callar y escuchar como las palabras discurrirán de su boca, quiero experimentar escalofríos al escuchar su dulce, cálida pero fuerte voz.
Quiero querer. Querer su salud, su bienestar y su felicidad. Procurarlo.
Tendrá que oler rico todas las mañanas, dejarme dibujos sorpresa en el espejo empañado del baño mientras estoy en la regadera, hacerme hot cakes y ponerles mermelada de zarzamora. ¿Comprarme galletas de chispas de chocolate? Sí. ¡Dulces también!
Alguien que me pase del lado de la pared en las banquetas, que me abra la puerta del auto, que me dé su chamarra sin preguntarme cuando tenga frío.
Quiero despertar, observar y soñar con los ojos abiertos. Soñar a la persona que estaré viendo.
Quiero amar.